Bodega Del Nero
La bodega
Hasta hoy, cinco generaciones se han dedicado a cuidar de la Bodega del Nero e Hijos y su tradición vitinícola, emprendida en 1870 y que hoy mantienen los hermanos Álvaro y Roberto del Nero.
La bodega está situada en el corazón de Chinchón, en la comarca de las Vegas. Tradicionalmente Chinchón obtenía la mayor parte de sus ingresos de la vid. En la actualidad, es el turismo el mayor reclamo para seguir elaborando vinos.
El objetivo de los hermanos es el de continuar con el planteamiento de calidad de sus antecesores, no solo en los procesos de elaboración, sino desde el propio cultivo y selección de cosecha.
Los viñedos se componen de 20 hectáreas propias. Cultivados en secano y en la vega del Tajuña, las cepas centenarias que componen las viñas pueden presumir de ser de las más antiguas de la Comunidad de Madrid, otorgándoles una producción limitada, pero una calidad inmejorable. Sus variedades son Tempranillo, Tinto Fino, Airén y Malvar.
Los viñedos, en su totalidad ecológicos, se trabajan de manera manual, buscando un tipo de cultivo respetuoso con la tierra, para obtener unos vinos realmente fieles a su terreno.
Variedad de uva
Tempranillo · Tinto fino
Tempranillo · Tinto fino
De porte erguido, la baya de esta variedad se caracteriza por su gruesa piel. Debido a su sensibilidad a la sequía manifiesta —que provoca la defoliación de la cepa—, gusta de climas frescos y con cierta humedad. Los terrenos idóneos son los bien orientados a la iluminación y al viento, adaptándose mejor a las laderas que a los terrenos bajos o vaguadas.
Como su propio nombre indica, es de maduración temprana; dada su fertilidad, demanda la práctica de la poda de pulgares. Entre las afecciones propias a las viníferas, es altamente vulnerable al oídio y la excoriosis.
La variedad suele ser indicada para la elaboración de vinos tintos y rosados, tanto jóvenes como largamente envejecidos en barrica de roble. Aunque los resultados suelen ser dispares dependiendo del origen geográfico, los tintos con Tempranillo acostumbran ser de baja acidez, coloraciones cardenalicias y aromas característicos del regaliz, ciruela y frutos del bosque —zarzamora, grosella—.
Cuando se cultiva en altitudes más bajas disminuye la acidez, ya de por sí escasa, lo que mayormente es remediado a través de la mezcla con otras cepas tales como Cabernet Sauvignon, Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Graciano, Merlot, Petit Verdot o Syrah.
En 1905, Frederic Theodore Bioletti intentó implantarla en California. Sin embargo, la naciente Ley Seca y el poco gusto de la variedad por climas calientes y secos, terminaron por provocar una fría recepción y frustrar las intenciones del viticultor italiano. Fue mucho más tarde, en la década de los 80, tras asentar las viñas en lugares montañosos más adecuados, cuando comenzaría a florecer el vino californiano basado en la Tempranillo.
En gran parte de las regiones vinícolas australianas —entre las que se incluyen las conocidas del Valle McLaren, las Colinas de Adelaida y la región Geographe—, y en más de sus 100 bodegas, se elaboran algunos de los vinos más valorados de la variedad del Tempranillo.
La variedades más comúnmente confundidas con la Tempranillo son Garnacha Tinta, Juan García, Moristel, Tempranillo Temprano.
Airén
Airén
Variedad vigorosa y de porte rastrero, tiene una gran adaptabilidad a los climas calurosos y a los terrenos áridos, lo que la convierten en una cepa resistente a las sequías. La yemas ciegas frecuentan ser fecundas por lo que es habitual el ejercicio de la poda corta con obtenciones aceptables.
Efectivamente, destaca no sólo por su fertilidad, sino también por sus elevados índices de productividad. En relación a las enfermedades y plagas propias a las viníferas, la Airén no presenta especial vulnerabilidad a ninguna de las habituales —lo cual le aporta cierta idoneidad para el cultivo ecológico—.
Los vinos elaborados con la Airén se caracterizan por ser en general poco aromáticos, aunque en nariz conservan ciertos olores propios del proceso de fermentación que bien pudieran recordar al plátano, la piña o a la manzana; sus niveles de acidez son bajos y el amarillo pálido es el elemento cromático diferenciador.
No obstante, su vocación más originaria es la mezcla debido a la neutralidad de sus valores enológicos —en el área vinícola de Madrid son de reseñar los caldos producidos con Macabeo y Malvar— y por su aporte alcohólico. Es habitual encontrarla formando parte de los brandys.
Es una variedad que ha estado muy desprestigiada en el pasado por la calidad de los vinos obtenidos, empleándose única y exclusivamente para mezclas y destilaciones. En la actualidad, y gracias a los nuevos métodos de vinificación —especialmente desfangados y fermentaciones en depósitos de acero inoxidable—, goza de una nueva consideración que la resitúa en el panorama vitícola.
Forcallat Blanca es comúnmente usado como sinónimo de Airén, especialmente en tierras catalanas, pero es también el nombre de una antigua variedad originaria de Valencia con perfiles genéticos diametralmente distintos.
La variedad más comúnmente confundida con Airén es Lairén: en algunas zonas vinícolas se utiliza «Lairén» para designar las variedades de Beba o Chelva, produciendo confusión con la misma sinonimia de Airén.
Malvar
Malvar
La variedad Malvar es una cepa de porte erguido, sarmiento robusto y poco ramificado; de racimos grandes, largos y sueltos. Es resistente a las sequías y aunque se adapta a todo tipo de terrenos prefiere los calizos.
En términos generales no suele verse afectada por las enfermedades fúngicas, pero es altamente sensible tanto al ataque de los pájaros por su pronta maduración como a las heladas primaverales por su brotación ciertamente temprana. Debido fundamentalmente a su exceso de vigor, es habitual la práctica de la poda corta, lo que colateralmente provoca un incremento de su productividad.
Produce vinos blancos jóvenes y aromáticos, de un pálido color amarillo pajizo que con el tiempo cobra tonos acerados; sus aromas son frutales en los que predomina la manzana o la pera. Es habitual su empleo en la elaboración de los llamados «vinos sobremadre», en la que las madres —uvas despalilladas y estrujadas— permanecen junto al vino hasta su embotellado.
Ofrece excelentes aptitudes para la elaboración de vinos monovarietales jóvenes y acepta la fermentación y crianza en barrica de roble. Igualmente, es habitual encontrarla mezclada con vinos de la variedad Airén a los que aportan acidez y cualidades aromáticas.
Recientemente se han apuntado ciertas similitudes genéticas con la variedad Prié, que se ha cultivado durante siglos en el Valle de Aosta del norte de Italia.
La Comunidad de Madrid ha venido realizando selección clonal con la variedad Malvar que pronto comenzará a comercializarse.
La variedades más comúnmente confundida con la Malvar es la Airén: tras desaparecer casi por completo su cultivo, la Malvar fue sustituida por la Airén que comenzó a designarse erróneamente como Malvar.