Madrid en Vendimia

18/08/2017

La vendimia en el sector vitivinícola: un momento decisivo en el que el viticultor obtiene la recompensa al trabajo de todo el año.

Hablar de vendimia es hablar de viñedo, variedades y ciclos vegetativos.

En Madrid, el viñedo se ubica en las sub-zonas de San Martin (suroeste), Navalcarnero (sur) y Arganda (sureste). Las uvas principales son: Albillo Real, localizada en la sub-zona de San Martín de Valdeiglesias; Garnacha Tinta, en Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias. Por último, Tempranillo y Malvar, ambas en las sub-zonas de Navalcarnero y Arganda.

Empecemos por la plantación. Existen multitud de sistemas de plantación, pero se resumen en dos grupos, la plantación en vaso y en espaldera. La elección de uno u otro atenderá, entre otros, al tipo de planta, suelo o presupuesto.  En nuestro país, el “vaso” ha sido el sistema tradicional donde la recogida de uva se lleva a cabo manualmente. En cambio, la “espaldera” permite mecanizar casi todas las labores, incluida la vendimia, que se ejecuta con vendimiadoras. Cabe destacar que muchos viñedos de San Martín y Navalcarnero están constituidos por cepas viejas de Garnacha plantadas en vaso, confiriéndoles un aspecto más tradicional, ya que antiguamente no existía la espaldera.

Pero hagamos un repaso, por las fases del ciclo o estados fenológicos. Durante el invierno la planta se encuentra en estado latente, momento en que se efectúa la poda con el fin de equilibrar su producción futura. A continuación, en la brotación, la planta se vuelve más sensible al riesgo de heladas. Seguidamente se produce la floración, en que se puede predecir la cantidad de uva que se obtendrá en la vendimia. Durante el cuajado, las flores se polinizan y la fruta empieza a engordar. En esta fase suele practicarse la poda en verde, siempre que sea necesario aumentar la iluminación en los racimos. Es en la fase de envero cuando los racimos mutan sus tonalidades, pasando de verde a amarillo si la variedad es blanca, o a rojizos si la variedad es tinta. Por último, se da la fase de maduración. Como veremos, cada variedad atiende un proceso de maduración diferente.

La vendimia en el sector vitivinícola se presenta como el final de un ciclo. Un momento decisivo en que el viticultor obtiene la recompensa a su esfuerzo de un año de trabajos, aportando a la uva las atenciones necesarias para llegar al punto óptimo en su recogida. El ciclo de la vid arranca en otoño, época en que las plantas pierden sus hojas y empieza todo de nuevo.

Pero en vendimia, el resultado obtenido no depende únicamente de los cuidados recibidos. Existe un factor externo que puede arruinarlo todo: el tiempo y sus inclemencias. Este año son varias las denominaciones de origen que han sufrido heladas.

El frio retrasa los estados fenológicos, pero las heladas pueden llegar a provocar pérdidas irreversibles. En la D.O Vinos de Madrid varios viñedos se han visto afectados por las intensas heladas, que llegan justo cuando la planta ya exhibía sus yemas, haciéndola todavía más vulnerable. Las variedades más perjudicadas han sido la Albillo Real y la Garnacha Tinta, ya que son las más tempranas en su brotación.

Por el contrario, las altas temperaturas provocan que los ciclos se anticipen. Un ejemplo lo tenemos en la vendimia de este año que se ha adelantado 15 días.

El inicio de la vendimia en Madrid tuvo lugar el pasado 2 de agosto, con la recogida de la uva Albillo Real en la zona de San Martin de Valdeiglesias. A continuación, llegará el turno a Navalcarnero y Arganda, con la variedad Tempranillo, que, como su nombre indica, es una de las más tempranas. Su arranque de vendimia está previsto para la cuarta semana de agosto. El calendario continúa con la cosecha de la uva Malvar y por último la Garnacha, previstos para la última semana de agosto y primera de septiembre, respectivamente.

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